Complutum.

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Para adentrarnos en el estudio de esta relevante ciudad en la Hispania romana desde los siglos I d. de C. hasta el siglo V d. de C. lo haremos de la mano de dos estudiosos del entorno. El profesor Sebastián Rascón Marques, doctor en Arqueología e Historia Antigua por la Universidad Autónoma de Madrid, que en 2004 leyó su tesis doctoral: “Complutum Hispanorromano: la ciudad y su territorio” en la actualidad Jefe del Servicio Arqueológico de Alcalá de Henares y autor de numerosas publicaciones acerca de la ciudad. Así como de la profesora Ana Lucia Sánchez Montes, arqueóloga y en la actualidad directora de excavaciones arqueológicas de Alcalá de Henares y coautora con el anterior de numerosos estudios y experta en técnicas artísticas.

De los tiempos anteriores solo se conoce que existió un oppidum carpetano en el cerro del Viso y que en las proximidades, ya en el valle, existió una “hostería” ya que por allí pasaba la Vía que comunicaba Emérita Augusta con Caesaraugusta, también restos de la época augustea con restos de unas antiguas termas, lo que nos indica la romanización del territorio, anterior al desarrollo del siglo I D. de C.

Conocemos igualmente que desde el 74 D. de C. un Edicto de Vespasiano reconocerá a Complutum como ciudad privilegiada con el título de municipium.

Antes de entrar en los restos arqueológicos y su estudio el profesor Rascón en las VIII Jornadas del Patrimonio Arqueológico de la Comunidad de Madrid, hace una referencia a las fuentes geográficas e historiográficas de Complutum, remontándose a textos de Antonino, Plinio, el Anónimo de Ravena y Ptolomeo que proporcionaron a los investigadores del siglo XIX y XX un repertorio de localidades en nuestra Comunidad, como Titulcia, Mantua, Miacum y especialmente Complutum y que esta desde el siglo XVI y de la mano de Ambrosio de Morales afincado como maestro en la Universidad de Alcalá de Henares se toma gran interés por los restos arqueológicos y escribe el primer libro de la arqueología española “Antigüedades de las ciudades romanas de España” editado en 1575 en la propia Alcalá. En ella se hace referencia a una ciudad de nueva planta a orillas del rio Henares, etc. engarzando con el conocimiento moderno de las excavaciones arqueológicas que desarrollamos a continuación.

Para situar nuestra ciudad vamos a realizar un acercamiento a lo que fue el urbanismo en la ciudad de Complutum.

Según los estudios presentados en el XVIII Congreso Internacional de Arqueología Clásica de Mérida 2014. El profesor Sebastián Rascón Marqués. Afirma que la estructura urbana del núcleo principal de la ciudad tiene una trama ortogonal de 50 ha, aproximadamente, sobre una superficie plana en la vega del rio Henares. Además de diversos suburbios de toda índole en las inmediaciones del núcleo principal, entre los que hay una fuerte interacción.

El centro urbano principal, la llamada ciudad de la vega ó Juncal se conforma en época augustea, pero su mayor desarrollo lo alcanza en los tiempos del imperio de Claudio.

Partiendo de un núcleo inicial en el cerro del Viso, planifican el desarrollo en la orilla derecha del Henares, donde coinciden amplias y llanas terrazas con abundancia de aguas subterráneas y como referente la fuente del Juncal como lugar sagrado y de culto a Diana y a las ninfas.

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Un arco marca al oeste el eje del decumano máximo y una puerta amurallada en el Norte marcando el cardo máximo. La ciudad con manzanas cuadradas repartidas en 6 regiones de 30×30 metros, que con sus respectivos pórticos alcanza los 36×36 metros.

Las calles principales tienen 12 metros de anchura y las secundarias 8 metros, pavimentadas en los espacios públicos, con pequeños cantos de cuarzo, caliza triturada y material latericio, aglutinados con tierra.

Existió una red de saneamiento de trazado ortogonal, actuando el rio Henares de colector, recibiendo al Sur las aguas traídas por los cardos desde el Norte. Por su parte el abastecimiento se realizaba mediante pozos/fuentes para los pórticos de uso público y a nivel privado el compluvium o pozos en las propias casas.

Complutum es una de las pocas urbes hispanas, junto a Mérida y Barcelona, donde hay una autentica regeneración urbana a partir del siglo III d.de C. Tanto en las zonas públicas vinculadas al poder, como la repavimentación de las calles. Así como en las viviendas privadas de gran esplendor en la época constantiniana, tanto en las domus (las casas de Baco, Leda, Cupidos I y II como en la gran residencia súrbana de la villa del Val). Permaneciendo la estructura intacta hasta mediados del siglo V, en que la ciudad abandona su estructura urbana.

Que en el espacio público de la ciudad había un foro dotado, al menos, de una basílica (espacio equipado para negocios y juicios), unas termas adosadas a la basílica y una curia (para reunión de ciudadanos) y un pórtico sur dedicado al comercio.

La casa privada

Aunque la ciudad que ya existe desde mediados del siglo I d. de C. Será entre los siglos III y V d. de C. cuando la ciudad alcance su mayor auge y la transformación de las casas señoriales clásicas irán en paralelo a las de otros lugares del Imperio. En el sentido de magnificar ciertas partes de la vivienda, como serán los espacios de representación social y de reunión entre iguales en cenas y recepciones.

Los peristilos, los vestíbulos y sobre todo el triclinia y las salas de reunión, donde abundan los mosaicos y las pinturas murales que transmiten al visitante la posición, cultura y gustos del propietario.

Entre los siglos III y V Complutum sigue ocupada por habitantes que viven en casas privadas, en el interior de la ciudad y que han sido fuertemente rehabilitadas sobre las originales del siglo I, gracias a la pujanza económica de la época.

Las casas conocidas de Baco, Leda, etc. han sufrido remodelaciones, pero en especial la casa de los Grifos. Esta gran casa de peristilo que ocupa una manzana completa de 30×30 metros construida originalmente a mediados del siglo I d.de C. Cuando es reformada se pinta en el lado meridional del peristilo una gran megalografia protagonizada por un cazador a caballo alanceando a un felino, con un programa decorativo para unir el triclinium con el peristilo, que convierte a este en una selva en la que evolucionan un grupo de cazadores, para el gozo de de los invitados instalados en el comedor habitación E y se reforma la habitación J donde los grifos en posición heráldica darán su nombre a la domus, aunque desgraciadamente un incendio arrasará la vivienda.

La profesora Sánchez Montes nos ampliará la información de este importante hallazgo, cuando nos informa que desde 1991 en que se desarrollan las primeras excavaciones se la denomina la Casa de los Estucos hasta el año 2004 en que se pasa a denominar la Casa de los Grifos por dos razones: la primera, porque la técnica utilizada no es el estuco, sino enlucidos lisos pintados y la segunda razón porque los elementos iconográficos más significativos representados en la pintura mural son grifos.

Aunque desgraciadamente durante las obras sobreviene un incendio que arrasa la vivienda.

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   Vista aérea de la excavación.

La Casa de los Grifos, responde al modelo clásico de la casa de peristilo y que encaja con la idea vitrubiana de venusta species: la belleza de un edificio depende de que su espectro sea agradable y de buen gusto por la debida proporción de todas sus partes  y  los conceptos más representativos de proporción, orden, armonía, decoro y economía.

En la casa de 900 m/2 se han identificado 17 espacios. El espacio central actúa como vertebrador y además proporciona luz y ventilación a las estancias, el peristilo de 99 m/2 constituido por un espacio abierto donde se situaría un jardín y un corredor porticado alrededor, el ambulacrum al que se le asigna funciones de representación, prestigio o ceremoniales, las zonas señaladas como CC. El resto para uso domestico y sin función reconocida.

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La casa tanto al exterior como al interior se observa una estudiada organización, distribución y combinación de recursos materiales para crear un aparato escenográfico destinado al disfrute de su dominus y por encima de todo, para mostrar al visitante el poder económico y el prestigio social del anfitrión.

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Una parte importante de la representatividad recae en la pintura mural, que además de su valor funcional para el mantenimiento del edificio, ya que podríamos decir que la pintura forma parte de la arquitectura.

Lo más característico de esta domus es la cantidad, la calidad y el magnífico estado de conservación de los restos pictóricos, que en su día acabaron y decoraron las simples estructuras de tapial, mampostería y ladrillo con que se construyo el edificio. Las pinturas.

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se han localizado in situ, en las partes bajas de los muros y las columnas e in situ desplazadas caídas hacia el interior o en los aledaños más inmediatos a las estancias.

A partir de aquí la profesora Sánchez Montes nos describe en profundidad los estudios de laboratorio, de los morteros utilizados, la impronta de cuerda utilizada, etc. y llega a la conclusión de que en el conjunto de las pinturas hay calidades, composición y motivos de cronología variada en función de la estancia que se analice.

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También podemos encontrar alguna casa de atrio como la casa de Marte, pero de inferior dimensión e importancia.

Y aunque sea de modo breve en la arquitectura privada, aunque su utilización no sea familiar, queremos señalar la magnífica casa llamada de Hippolytus, sede de un colegio romano que formaba parte de un complejo promovido por la familia de los Anios que incluía un mausoleo funerario. De los restos son muy destacables los mosaicos y pinturas de inspiración africana.

Por el momento no nos vamos a referir a las casas de campo.

 

 

 

 

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